Prepara los ingredientes: Lava bien las verduras y corta la zanahoria y el apio en trozos grandes. Esto ayudará a que desprendan su sabor en el agua.

Cocina el pollo: En una olla grande, coloca la pechuga de pollo y cúbrela con agua fría. Añade la cebolla, zanahoria, apio, hoja de laurel, sal y pimienta al gusto.

Lleva a ebullición: Pon la olla a fuego medio-alto y deja que el agua hierva lentamente. Cuando empiece a formar espuma en la superficie, retírala con una cuchara para obtener un caldo más limpio.

Cuece a fuego lento: Reduce el fuego a bajo y cocina el pollo por aproximadamente 25-30 minutos, o hasta que esté completamente cocido. Puedes comprobarlo pinchando la pechuga con un cuchillo: si los jugos salen claros, está listo.

Enfría y desmenuza (opcional): Retira el pollo de la olla y déjalo enfriar antes de desmenuzarlo si planeas usarlo en otra receta